Hay hechos que transforman vidas. En el caso del sacerdote secular y tirador con arco, modalidad compuesto, Humberto Jiménez Gómez leer las historietas de Tarzán en los periódicos le cambió el panorama de su lúdica infantil.
Las fincas de ganaderas y cafeteras de su padre Estanislao, en el viejo Caldas, fueron testigas mudas de su amor por la aventura de las flechas, los arcos y de las lecturas del héroe de la selva.
“Yo leía mucho a Tarzán, lo veía con sus arcos y sus flechas y me llamaba mucho la atención cómo él usaba estos utensilios. Aquí en Colombia no había distribuidores o importadores de estos y decidí fabricar los míos. Los empecé a hacer de árboles que fueran flexibles como el sauce, el totumo y las ramas del café cuando no han alcanzado su pleno desarrollo”, recuerda el sacerdote nacido en Cartago, Valle, el 24 de mayo de 1929
El mayor de la familia de once hermanos y docente por más de 40 años en las universidades Pontificia Bolivariana y la de Antioquia, de las cátedras de antiguo testamento, libros sapiensales e históricos, los profetas y la hermenéutica de las sagradas escrituras, también evoca cómo fabricaba sus propias flechas. “Las hacía de manera instintiva de guaduas y las plumas eran de gallina”, rememora el arquero más veterano que compite en el primer ranking nacional de este año, que se realiza en Medellín
Las fincas de ganaderas y cafeteras de su padre Estanislao, en el viejo Caldas, fueron testigas mudas de su amor por la aventura de las flechas, los arcos y de las lecturas del héroe de la selva.
“Yo leía mucho a Tarzán, lo veía con sus arcos y sus flechas y me llamaba mucho la atención cómo él usaba estos utensilios. Aquí en Colombia no había distribuidores o importadores de estos y decidí fabricar los míos. Los empecé a hacer de árboles que fueran flexibles como el sauce, el totumo y las ramas del café cuando no han alcanzado su pleno desarrollo”, recuerda el sacerdote nacido en Cartago, Valle, el 24 de mayo de 1929
El mayor de la familia de once hermanos y docente por más de 40 años en las universidades Pontificia Bolivariana y la de Antioquia, de las cátedras de antiguo testamento, libros sapiensales e históricos, los profetas y la hermenéutica de las sagradas escrituras, también evoca cómo fabricaba sus propias flechas. “Las hacía de manera instintiva de guaduas y las plumas eran de gallina”, rememora el arquero más veterano que compite en el primer ranking nacional de este año, que se realiza en Medellín
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