Óscar, por un trinfo preciado

Óscar David Preciado Bohórquez, cuota colombiana en la Copa del Mundo de Triatlón.
....................
Roosevelt Castro B.
Ese deporte del triatlón es para machos, por algo los llaman los ironman”, le decía alguna vez un vecino al deportista élite colombiano Óscar David Preciado Bohórquez, y él asintió con la cabeza.
Es que eso de recorrer 1.500 metros nadando, 40 km pedaleando y 10 km corriendo es para verdaderos “hombres de acero”.
Sus inicios tardíos en este deporte se los debe a Juan Carlos Quintero y a Alberto Builes.
“Hice natación en el Club Calamares Pilsen y empecé a los 16 años con esta disciplina deportiva. Ellos me vieron corriendo y me dijeron que yo tenía el talento para el triatlón. Me invitaron a una carrera y me quedó gustando”, expresa el Benjamín de la familia Preciado Bohórquez, nacido el 21 de octubre de 1984 en Medellín.
De eso han transcurrido 11 años y toda lo sigue haciendo, donde ha conocido muchos amigos y ha tenido muchas experiencias acá en Colombia que le han ayudado a crecer no solo como persona, sino como deportista. “Mi primer viaje al exterior fue al Campeonato Mundial Juvenil realizado en México, aunque quedé como en puesto 60 me sirvió para adquirir el roce necesario y actuar con propiedad en todas la competencias del ciclo olímpico ”, dice el ex bachiller del San Ignacio de Loyola y ahora recién graduado de profesional en deportes del Politécnico Jaime Isaza Cadavid.
Todavía sigue latente el sueño de ir a una olimpiada por primera vez. “Hay que soñar pero también entrenar fuertemente para poder lograrlo, porque con sacrificio y la ayuda de Dios podemos hacerlo”, comenta el habitante de El Retiro, Antioquia.
Hoy lo espera la Copa del Mundo de Triatlón, en Guatapé. “Mis expectativas está muy altas. Aquí vamos a competir con los mejores del mundo. El nivel es muy fuerte y hay que bregar a meterse entre los primeros diez. Tenemos algo a favor y es que el recorrido lo conocemos bien, pues es casi el mismo de los Juegos Suramericanos del año pasado”, concluye el novio amoroso de Juliana Pérez y de las pastas y la comida mexicana, que se encuentran entre sus gustos gastronómicos.