"No hay deportes femeninos, todos son mixtos. Es que porque sea fuerte o sea brusco no indica que tenga que ser varonil. La mayoría de las mujeres de pesas somos muy femeninas": Mónica Picón.Roosevelt Castro B.
Si muriera y volviera a nacer escogería volver a ser pesista”. Así, con esa contundencia, se expresa Mónica María Picón Valencia.
Es que la joven estudiante de profesional en deportes, del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, ha pasado las verdes y las maduras para practicar su deporte preferido. Los prejuicios atávicos de una cultura machista, los mitos alrededor de la halterofilia, la discriminación social, no han sido impedimentos para que la pesista antioqueña, nacida en Medellín, el 14 de marzo de 1984, siga en el mundo de los halteros.
“Siempre conté con el respaldo y el apoyo de mi mamá María del Rosario Valencia. Ella, en su sabiduría, me dijo que si eso era lo que quería, pues que ella siempre me apoyaría”, afirma con un dejo de nostalgia la habitante del barrio Yarumito, de Itagüí.
“Yo empecé a los 13 años con el profesor Elkin Velásquez, a quien le debo mucho haberme invitado a conocer este maravilloso mundo de las pesas. Luego vino el cubano Marcelino Del Frade quien me aportó mis primeras experiencias y después el búlgaro Giorgi Panchev, con él fue que obtuve el rendimiento deportivo y la alta competencia”, dice Mónica María.
Nace la instructora
Un día de 2008 decide retirarse de las plataformas e impartir sus vastos conocimientos, su sapiencia y su sabiduría a los niños y jóvenes de la Escuela de Levantamiento de pesas.
“Como entrenadora, mis metas están enfocadas a los Juegos Olímpicos de la Juventud con los niños de la Escuela, donde quiero aportarles todos mis conocimientos en el manejo de los halteros”, plantea Mónica.
Igualmente, apoyaría los procesos de iniciación deportiva, con pautas, para lograr el alto rendimiento y no solo en pesas. “Si me dieran la oportunidad, yo haría una Escuela polideportiva enfocada al alto rendimiento”.
Por lo pronto, quiere defender hoy los colores del Politécnico Jaime Isaza Cadavid en los Juegos Nacionales Universitarios. “Lo que hago ahora es porque me gusta, me apasiona y me mantiene en forma. Si así le puedo aportar al Politécnico, con el mayor de los gustos lo hago, pues lo quiero representar muy bien en estos Juegos, pero ya no como alto rendimiento. Es que las pesas me han ayudado a ser una gran persona”, afirma la profesora de la Escuela de Levantamiento de Pesas de Antioquia.
En su tula deportiva carga su “armadura” compuesta por vendas, botas de entrenamiento, “y a veces empaco mis cosméticos”, concluye entre risas Mónica.
Es que la joven estudiante de profesional en deportes, del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, ha pasado las verdes y las maduras para practicar su deporte preferido. Los prejuicios atávicos de una cultura machista, los mitos alrededor de la halterofilia, la discriminación social, no han sido impedimentos para que la pesista antioqueña, nacida en Medellín, el 14 de marzo de 1984, siga en el mundo de los halteros.
“Siempre conté con el respaldo y el apoyo de mi mamá María del Rosario Valencia. Ella, en su sabiduría, me dijo que si eso era lo que quería, pues que ella siempre me apoyaría”, afirma con un dejo de nostalgia la habitante del barrio Yarumito, de Itagüí.
“Yo empecé a los 13 años con el profesor Elkin Velásquez, a quien le debo mucho haberme invitado a conocer este maravilloso mundo de las pesas. Luego vino el cubano Marcelino Del Frade quien me aportó mis primeras experiencias y después el búlgaro Giorgi Panchev, con él fue que obtuve el rendimiento deportivo y la alta competencia”, dice Mónica María.
Nace la instructora
Un día de 2008 decide retirarse de las plataformas e impartir sus vastos conocimientos, su sapiencia y su sabiduría a los niños y jóvenes de la Escuela de Levantamiento de pesas.
“Como entrenadora, mis metas están enfocadas a los Juegos Olímpicos de la Juventud con los niños de la Escuela, donde quiero aportarles todos mis conocimientos en el manejo de los halteros”, plantea Mónica.
Igualmente, apoyaría los procesos de iniciación deportiva, con pautas, para lograr el alto rendimiento y no solo en pesas. “Si me dieran la oportunidad, yo haría una Escuela polideportiva enfocada al alto rendimiento”.
Por lo pronto, quiere defender hoy los colores del Politécnico Jaime Isaza Cadavid en los Juegos Nacionales Universitarios. “Lo que hago ahora es porque me gusta, me apasiona y me mantiene en forma. Si así le puedo aportar al Politécnico, con el mayor de los gustos lo hago, pues lo quiero representar muy bien en estos Juegos, pero ya no como alto rendimiento. Es que las pesas me han ayudado a ser una gran persona”, afirma la profesora de la Escuela de Levantamiento de Pesas de Antioquia.
En su tula deportiva carga su “armadura” compuesta por vendas, botas de entrenamiento, “y a veces empaco mis cosméticos”, concluye entre risas Mónica.
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