sábado, 28 de mayo de 2011

Víctor Hugo, tatuado por la vida y la justicia

Con 15 años de experiencia en las piletas del mundo, Víctor Hugo quiere entegar sus conocimientos a las nuevas generaciones antioqueñas de los clavados.

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El clavadista es una de las piezas claves del seleccionado antioqueño que compite en el Campeonato Nacional de Clavados, que se realiza en Medellín.

Por. Roosevelt Castro B.

Tengo un enfoque cuando termine mi carrera deportiva, aparte de ser abogado me dedicaré a ser dirigente del deporte, mezclado con la política, para poder ayudar a conseguir recursos, de manera que la gente que lo quiera realizar o practicar, no tenga tantos inconvenientes”, esa es la visión a futuro que tiene el clavadista Víctor Hugo Ortega Serna.
Es que el hijo único de la regente de farmacia María Rosalía y del médico Gustavo Adolfo, estudia Derecho en Eafit y quiere devolverle al deporte todo lo que este le ha contribuido en su vida. “Estoy en el segundo semestre y la Universidad me colabora mucho para la práctica de mi deporte y mis entrenamientos, por esto y todo lo que me ha traído el deporte estoy eternamente agradecido”, afirma con voz pausada el deportista antioqueño.
Por lo pronto, entrena con denuedo y entrega para conseguir las marcas mínimas que lo lleven a clasificarse al Mundial en Shangai, China y a los Panamericanos en Guadalajara, México. Igualmente, para participar en los Juegos Olímpicos Universitarios en Shenzhen, China.
Vive en la Villa Deportiva seis de los siete días en la semana. Si no está en competencias, Víctor Hugo viaja a Rionegro para visitar a su madre. “Mis padres son separados y para relajarme un poco voy a donde mi mamá, porque me siento rionegrero y porque me gusta el ambiente de ese bonito pueblo del Oriente antioqueño”.
Aún recuerda los momentos en que se decide por la natación, cuando realizaba sus estudios primarios en el Colegio Agustiniano. “Yo recibía clases de gimnasia y natación y un día me dieron a escoger y me quedé con la última”, evoca Víctor Hugo.
No fue una decisión fácil, no obstante el clavadista antioqueño rememora lo que ha conseguido con esta disciplina deportiva. “Fui el primer campeón Panamericano que tuvo Colombia, en la rama juvenil, cuando solo tenía quince años. Asimismo, la única medalla de Bronce en un Mundial, un año después, pero los recuerdos más gratos los he tenido con las diferentes medallas de oro, que he conseguido con Juan Guillermo Urán en sincronizados y nuestra gran participación en los Olímpicos de Beijing donde nos ubicamos en el sexto lugar”, recuerda el clavadista.
Victor Hugo y Juan Guillermo Urán también fueron campeones en los suramericanos de natación del 2006, 2008 y 2010. “Fui premiado como el mejor clavadista de Suramérica el año pasado con la distinción Señor de Zipán, en el Perú y uno de los triunfos que recuerdo con especial cariño fue en los Juegos Nacionales de 2008, cuando vencí a Juan Guillermo en la plataforma de 10 metros, estando Urán en plenas condiciones deportivas”.
Todos estos logros deportivos los tiene tatuados en su memoria, así como la palabra VIDA en letras góticas en el costado izquierdo de su pecho. “Me lo puse hace seis años porque me encanta sentirme vivo y puedo dar mucho de mí. Además, para contribuirle a la gente con muchos de los valores que puedan aprender de uno como deportista, como la responsabilidad, la humildad y la honestidad. En nuestro deporte uno exhibe el cuerpo y por eso es muy bonito mostrar una parte de lo que uno siente y transmitirlo”, concluye de manera filosófica el clavadista antioqueño Víctor Hugo Ortega Serna.
Ahora a los juveniles de Antioquia quiere dejarles tatuados todos sus conocimientos, en este Campeonato Nacional de Clavados, que se realiza en Medellín.

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