sábado, 30 de julio de 2011

Colombia, nuestra meta: deporte para vivir

Los niños María Fernanda Arias Castillo (izq.), nacida el 14 de junio de 2000 y Sebastián González Toro (der.), nacido el 3 de enero de 1998, son un claro ejemplo de la construcción del tejido social, por intermedio del deporte. "Mafer", en la categoría Solidaridad, y "Sebas", en Libertad, representan los valores que tiene el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, porque Colombia es nuestra meta.

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Con los postulados del “Juego Limpio” en el ciclismo y con la participación de seis niños de estratos uno y dos de Cali, la “Fundación Social Colombia, Nuestra Meta” hace presencia hoy en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil.
ROOSEVELT CASTRO B.

Media docena de preadolescentes y niños de la Escuela de Ciclismo Las Águilas del Club “Colombia, Nuestra Meta”, vinieron de la capital vallecaucana, para “gozarse el Clásico de Ciclismo Infantil”.
Es que en su calendario ciclístico anual, se encuentra esta cita con los pedales y los valores de los infantes caleños. “Desde hace doce años venimos participando en esta hermosa carrera que ustedes realizan cada año y que cumple a cabalidad con los principios y los valores de nuestro club”, dice Hernando Quintero, entrenador.
Con un costo cercano a los 10 millones para este periplo ciclístico, los niños del Valle del Cauca quieren seguir haciendo historia en esta competencia. “Hace dos meses surgió una bonita idea de realizar un festival de ciclismo infantil previo al Clásico de ustedes.
Además de servirnos como preparación, nos permite sembrar las semillas del ciclismo colombiano. Es que sin dudarlo, ustedes han hecho con esta competencia infantil un modelo digno de imitar en el mundo, porque no he conocido de ello en ninguna parte”, replica “Quinte”, como lo llaman sus dirigidos.
Los integrantes del club son en su mayoría niños de barrios deprimidos de Cali, como Siloe y Agua Blanca. “Es un modelo de inclusión social que nos posibilita darles una mejor calidad de vida a esta población vulnerable por intermedio del deporte y que está concatenado con el programa Redes, uno de nuestros programas bandera de la Fundación”, manifiesta José López, presidente del Club Colombia, Nuestra Meta.
“Redes significa Red Estructuración Deportiva Social y es un programa social basado en el deporte como eje del desarrollo físico, mental y social de comunidades vulnerables, cuyo objetivo general es ofrecer una alternativa accesible a la población, que contribuya efectivamente al fomento, a la práctica, a la masificación, a la formación y a la divulgación del deporte, la educación física, la recreación como base para el desarrollo físico, mental y social de estas comunidades”, explica el máximo dirigente del Club.
La novata María Fernanda
“Mis expectativas en este Clásico son las de ganar”, así taxativamente dice María Fernanda Arias Castillo, quien participa por primera vez en esta competencia, en la categoría Solidaridad. “Llevo un año en el ciclismo y me parece muy bueno estar compitiendo, especialmente en la pista que es la modalidad que más me gusta”, replica la pequeña infante de once años de edad del barrio Cañaveral, de Cali.
“Soy la menor entre tres hermanos y mis padres Hernán y Patricia me apoyan mucho en esto del ciclismo. Igualmente mi hermano Hernán Camilo, quien fue el que me metió en este cuento, ya que a él le gustaba mucho el ciclomontañismo”, evoca la estudiante del grado sexto en el Confandi Miraflores de Cali.
La experiencia de Sebastián
Sebastián González Toro es sinónimo de triunfo en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil. A sus trece años, el párvulo caleño ha sido podium en las dos competencias en las que ha participado. “Yo me gané la primera carrera en la que participé hace dos años. Fue en la categoría Tolerancia. Después corrí en Perseverancia y quedé segundo y este año pienso repetir, pero en el primer lugar”, dice con firmeza el joven ciclista hijo del transportador Samuel y de la ama de casa Alcira, quienes siempre lo apoyan.El admirador de Rigoberto Urán y estudiante del grado octavo de la Institución Educativa Antonio José Camacho, vive en el barrio San Cayetano y sueña con transformar el mundo con su talento. “A mí me gusta mucho la pista, porque me va mejor”, concluye el ‘experimentado’ ciclista del Valle del Cauca.
Así, estos niños de barrios con población vulnerable encuentran en el ciclismo una manera de darle pedal a sus sueños llenos de valores humanos.

¿Qué es la Fundación Colombia, Nuestra Meta?
La “Fundación Social Colombia, Nuestra Meta” es una organización que fomenta la práctica del deporte como un estilo de vida y un medio para alcanzar una mejor condición física, mental y social. Abriga los sueños de deportistas provenientes de múltiples orígenes, con diferentes creencias religiosas y políticas, sin discriminación de sexo o etnia, identificados con la conservación y disfrute de lo ecológico, que buscan la conquista del territorio nacional utilizando la bicicleta como medio de transporte, llevando siempre un mensaje de solidaridad, perseverancia, respeto y lo más importante, pasión por el deporte y por nuestro país.
Dicha Fundación busca entregar al país mejores ciudadanos mediante el desarrollo integral de individuos en estado vulnerable en tres aspectos fundamentales: lo físico, lo mental y lo social, tomando el deporte como eje principal de formación y rescate de valores, apoyados por personas, empresas y organismos que consideran la responsabilidad social como el mejor medio de supervivencia de las comunidades de influencia y con ellas la viabilidad de sus negocios.
Apoyados en valores como la honestidad, la constancia, el respeto, la solidaridad y la tolerancia, esta Fundación construye tejido social, al igual que lo hace el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, que realiza EL MUNDO, desde hace 22 años.

sábado, 23 de julio de 2011

María Alejandra y Yileni: dos destinos y un camino

María Alejandra Arias Ayala y Yileni Martínez Galindo, no se conocen porque viven en barrios diferentes de Medellín, pero las une un cordón umbilical: el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil.



Roosevelt Castro B.


La fiesta de la carrera ciclística de niños se vive en todas las geografías del mundo. Entre nosotros, pequeños infantes de Nariño, Valle, Sucre y hasta bolivianos hacen de este certamen un intercambio cultural de alegrías y de sueños en los niños participantes.
La historia de María Alejandra Arias Ayala y Yileni Martínez Galindo es muy similar a la de muchos niños del orbe, impregnada con magia, sonrisas y dulces.
Ambas correrán en la categoría Ternura. Las dos viven en barrios de los que los sociólogos llaman como “subnormales” y que los habitan personas que contribuyen con su trabajo a transformar el mundo, llenos de padres amorosos con sus hijos y de sudor de salario mínimo.
María Alejandra, la novata
Su nombre María significa “la elegida, la amada de Dios” es de de origen hebreo y Alejandra viene del griego y quiere decir “la protectora”.
En la pequeña niña del Barrio Antonio Nariño, ubicado en la comuna 13 de Medellín, se cumplen los principios bautismales de sus nombres.
María es una niña que no solo es amada por Dios si no por padres Gustavo Adolfo, un expendedor de carnes, y Johana, una hacendosa ama de casa. Es que como única hija goza de los privilegios de una niña amada y amorosa.
Eleva sus sueños infantiles en la Guardería Las Cometas, juguetea con su amiga Darling Rubio, con quien comparte sus series favoritas como Puca, Fresita y Mickey Mouse.
“Yo voy a participar por primera vez en la etapa, en la bicicleta que me trajo el Niño Dios el año pasado”, dice María Alejandra, mientras mastica un chicle.
“Mi vecina, Gloria Patricia Serna, nos animó para que inscribiéramos a la niña. Así lo hicimos y de aquí del barrio llevamos 25 niños y los vamos a acompañar”, manifiesta Johana Ayala, la madre de la niña nacida el 7 de octubre de 2006.

Yileni recibe sonriente su camiseta que la acredita como una de las participantes del XXII Clásico Nacional de Ciclismo Infantil. Atenta mira su madre Yaqueline Galindo.
Yileni, la experta.
El 3 de enero de 2006 viene al mundo Yileni Martínez Galindo, del hogar conformado por William Dario, vigilante privado y de Yaqueline, estilista profesional.
Vive en Manrique Oriental con su hermana Yeraldine. Estudia transición en la Corporación Creando Futuro, adscrita al programa Buen Comienzo de la Alcaldía de Medellín.
“Ya he participado en cuatro ocasiones en esta bonita carrera”, expresa la chiquilla. “Al principio corrió en un triciclo, luego en una bicicleta de segunda y el año pasado el papá le regaló una con motivo del día del niño”, replica su madre.
“Igualmente, y por sus buenas calificaciones, mi esposo le dio una bicicleta todo terreno a la mayorcita y con ella viene participando desde el 2006”, explica Yaqueline.
“Nosotros nos enteramos del Clásico por mi vecina Noelia Caldera. Ella trabaja en una empresa de confecciones y nos participó de los cupones de inscripción. Los llenamos y ya somos parte de este certamen tan bonito de ustedes”, recalca la madre de Yileni y Yeraldine.
“Cuando sea grande quiero ser pediatra para curar a todos los niños como yo”, concluye Yileni.
Así, en todos los barrios y lugares de Medellín Antioquia, Colombia y el mundo, se vive la fiesta de los pedales y los valores, con Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, que organiza el Periódico EL MUNDO.

Pedal sin límites

Carolina Agudelo (izquierda), Juan Esteban Arias (centro) y Ana Carolina Gómez (derecha), ya se prepararon. En los alrededores del Edificio Inteligente de las Empresas Públicas de Medellín estarán pedaleando este domingo 24 de julio estos pequeños infantes, ejemplo de superación.
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Roosevelt Castro B.
El año pasado, y en un modelo de inclusión social, la organización del Clásico Infantil de Ciclismo creó la categoría Superación. Allí estuvo corriendo Ana Carolina Gómez, en representación del Centro Educativo La Arcadia.
Roosevelt Castro :

Decía el excampeón mundial de boxeo Muhammad Alí que “los campeones no se hacen en gimnasios, están hechos de algo inmaterial que tienen muy dentro de ellos. Es un deseo, un sueño, una visión”.
En los niños con discapacidad cognitiva Ana Carolina Gómez Ospina, Juan Esteban Arias Urbina y Carolina Agudelo Muñoz, participantes de la XXII versión del Clásico Nacional Infantil, se cumple fielmente este precepto, pues “están hechos de ese algo inmaterial”: los deseos de superación.
Sí, los pequeños párvulos estudiantes del Centro Educativo La Arcadia cumplen a cabalidad ese dicho popular que dice “Querer es poder”.
“A Ana Carolina le consiguieron un instructor para que aprendiera a manejar mejor su bicicleta. Ella participó por primera vez el año pasado y lo hizo muy bien”, manifiesta orgullosa Judith Rubio, coordinadora pedagógica de este Centro Educativo para niños con discapacidad cognitiva.
“Ama, mire como pedaleo”, dice la pequeña Ana Carolina, quien, con un poco de temor, le da pedal a su ilusión de volver a participar en esta fiesta de las bielas y los valores. “Eso es así mi amor, busca la salida”, expresa con voz pausada Judith Rubio.
En sus calcetines azules se lee “Hello friends” (hola amigos). Y así es ‘Carito’, una niña muy amiguera y coqueta.
Juan Esteban no se queda atrás. Indispuesto por un pequeño resfriado, esperó a que le trajeran su bicicleta, que se la tenían reparando, y se montó con una seguridad pasmosa.
En silencio hace los recorridos por los pasillos del Centro Educativo. No modula mucho. Sus gestos de satisfacción lo dicen todo. “Tengo doce años y voy a participar por primera vez”, expresa el pequeño infante.
Carolina Agudelo Muñoz es talento puro. Con unos hermosos ojos color miel y una sonrisa encantadora, la niña ciclista es un ejemplo vivo de superación. Ella, al igual que Juan Esteban, es novata en la competencia. Hace los recorridos en su bicicleta y a pesar de no contar con una motricidad fina bien definida, sale “fácilmente” de los escollos que se le presentan en el camino. Y cuando decimos que de manera fácil, es porque ella los transforma así. Es un modelo de la tenacidad y la perseverancia.
Enseña un hermoso dibujo de un perro lobo siberiano y dice: “Mire, este es el perro que yo quiero tener”. Con trazos firmes y una habilidad que asombra la pequeña infante pinta la mascota que desea y que no le tiene nombre.
La importancia del juego en el desarrollo del individuo ha sido, a través de la historia, de gran valía, pues es una forma de recrear la mente humana y a la vez permite trabajar procesos cognitivos y de aprendizaje. Por algo diría Juvenal hace más de veinte centurias que “Mente sana en cuerpo sano” y los niños Ana Carolina, Juan Esteban y Carolina, sí que saben de ese precepto antiguo.
¿Qué es discapacidad mental o cognitiva?
Judith Rubio - Especialista
Existen dos tipos de discapacidades: la física y la mental o cognitiva.
La discapacidad mental no es una enfermedad, es una condición humana. El desconocimiento, la sobreprotección, el aislamiento y la burla son actitudes que evidentemente debilitan la autoconfianza de las personas con discapacidad mental, limitando sus condiciones para desenvolverse y aprovechar sus habilidades remanentes en función de un desarrollo acorde a su etapa de vida.
Los mitos y prejuicios irán desapareciendo en la medida que las personas, las instituciones y las sociedades aprendan a generar espacios de convivencia en la diversidad, a crear sistemas integrados donde cada individuo pueda funcionar según sus potencialidades y no de acuerdo a normas generales y rígidas.
Retardo o discapacidad mental significa un funcionamiento intelectual general notablemente por debajo del promedio, que existe junto con deficiencias en el comportamiento adaptativo y que se manifiesta durante el período del desarrollo.
¿Qué es La Arcadia?
“En la antigüedad, La Arcadia se conoce como una región central del Peloponeso, poblada de pastores de rudas costumbres, que adoraban al Dios Pan, cubierta de espesos bosques. Era, en la imaginación de los antiguos, el país mítico de una felicidad pastoril, que hace pensar en el mito del buen salvaje. Desde esta perspectiva, La Arcadia era una especie de paraíso terrestre cuyos habitantes, los arcadios, llevaban una vida consagrada por entero a la música y al canto. Los poetas antiguos la describen como ‘la mansión de la inocencia y la felicidad’, explica Judith Rubio.
Y es allí, en ese lugar de la inocencia y de la felicidad, donde han encontrado solaz y sana diversión los niños con discapacidad cognitiva que participarán en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, que organiza el Periódico EL MUNDO.
¿Quiénes son?
Ana Carolina Gómez Ospina
Fecha de nacimiento: Abril 02 de 1998Padres: Jesús Antonio y Beatriz ElenaEs una niña autónoma e independiente en sus actividades cotidianas; además, muy colaboradora y solidaria con sus compañeros. La alegría y el histrionismo es su mayor característica. Le gusta la música, el baile, el teatro y a nivel deportivo practica el atletismo y la natación. Actualmente entrena por las tardes atletismo con el Inder.
Carolina Agudelo Muñoz
Fecha de nacimiento: Abril 14 de 1997Padres: John Fredy y Doris.Es una niña alegre, tierna, solidaria, organizada y perfeccionista en sus cosas; le gustan los retos. Su pasión son las artes plásticas y las manualidades. Su sueño es ser una gran artista. A nivel deportivo practica el atletismo y lo hace en las tardes con el Inder.
Juan Esteban Arias Urbina
Fecha de nacimiento: Diciembre 27 de 1998Padre: Fáber (fallecido) y Luz Aidé.Es un niño autónomo e independiente en sus actividades cotidianas, alegre, inquieto por el conocimiento, colaborador con sus compañeros de mayores dificultades. Le encantan los rompecabezas y juegos de mesa. La música y el baile son las actividades que lo hacen vibrar y ser espontáneo. A nivel deportivo le gusta mucho la natación, el ciclismo y los juegos de conjunto.

Mariana y Salomé: arte y pedal

Salomé (izquierda) y Mariana (derecha), sin sus bicicletas porque las tienen en el taller para ponerlas a punto para la competencia de este domingo, muerden las medallas ganadas en las pasadas versiones del mejor Clásico de Ciclismo Infantil del mundo.

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Las pequeñas del barrio Floresta La Pradera quieren continuar con la tradición familiar de asistir al Clásico de Ciclismo Infantil. Este par de primas competirán de nuevo.

Roosevelt Castro B.

Desde hace diez años, la familia Zapata Vergara viene participando en esta cita anual con los pedales y los valores: el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil que organiza EL MUNDO.
“Mis hijos han hecho presencia en esta bonita competencia, especialmente el menor Eddie Santiago quien lo hizo hasta que cumplió el límite de la edad exigido por ustedes”, comenta Omaira Vergara, la abuela de las primas Mariana López Zapata y Salomé Correa Zapata, participantes de la competencia ciclística.
Los lazos de sangre no solo unen a las dos pequeñas infantes, también las expresiones artísticas. “Yo estoy estudiando violín en la Escuela de Música de San Javier”, manifiesta tímidamente Mariana, la menor de las primas.
“También estoy en el coro”, expresa. “Me gusta mucho la ética y las matemáticas”, replica la niña, que también suma procesos de amor con sus familiares, resta odios y rencores, divide tristezas y multiplica alegrías.
Y Salomé no se queda atrás. A sus 11 años, la mayor de estas primas estudia danza en la Casa de la Cultura del barrio, que existe gracias a un convenio entre la Alcaldía de Medellín y la Universidad de Antioquia. “Es que en el colegio me gusta mucho la artística al igual que el español”, explica la preadolescente.
Es que esta Salomé, a diferencia de la del Nuevo Testamento, sí baila “pero no corta cabezas”. “Cuando sea grande quiero ser doctora, porque me gusta curar y sanar a la gente”, dice enfáticamente la niña nacida el 30 de enero de 2000.
Los ocho habitantes de la casa de habitación de su abuelo, don José Argiro Zapata, un pensionado del Seguro Social, volverán a cumplir esta nueva cita con los valores y los pedales, este domingo 24 de julio, como lo han venido haciendo por más de una década.

miércoles, 20 de julio de 2011

Mateo y Yailen, ¡puro talento!

Mateo, en la categoría No Violencia, y Yailen, en la categoría Respeto, entrarán en acción este domingo en la XXII versión del Clásico Nacional de Ciclismo Infantil. Aquí con Yaco, su mascota, un regalo de su amiga Carol Muñoz.

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Hacer recorridos extremos por los muros en Mateo o representar y defender los derechos de los otros en Yailen, son las dos características principales de este par de hermanos medios, en la Comuna Noroccidental de Medellín.

Roosevelt Castro B.

Eso de saltar por muros, hacer graffitis, dibujar, practicar gimnasia y ciclismo, no son actividades propias de un niño de escasos 13 años, pero en Mateo García Jaramillo se convierten en algo “muy natural”.
Sí, en el pequeño párvulo habitante del barrio Florencia de Medellín todas esas expresiones lúdico-deportivas se manifiestan con una naturalidad, que pareciera como si toda la vida las hubiera realizado.
“Yo hago parkour desde hace un año. También juego fútbol como mediocampista en el equipo de mi colegio. Además, hago graffitis porque, según mi mamá, dibujo muy bien y desde hace dos años practico la gimnasia artística”, manifiesta Mateo, nacido el 21 de octubre de 1998.
Y no solo eso realiza. También toca el redoblante en la banda musical de su Colegio el Pedro Luis Gómez, donde cursa séptimo de bachillerato.
“Mateo practicó el ciclismo animado por Carlos Urán , ciclista profesional y vecino del barrio. Él le vio cualidades y capacidades al niño lo invito a hacerlo, duro tres meses, pero yo se lo prohibí porque se iban por todo el autopista y yo me llenaba de mucho miedo, ya que lo podían atropellar”, dice Mónica Jaramillo, su madre, quien siempre la ha animado en estos menesteres de las bielas, al punto de inscribirlo en esta versión del Clasico Nacional Infantil.
Y ese talento que transpira Mateo también lo tiene su hermanita media Yailen Muñoz Jaramillo. “Ese nombre significa tierra santa”, explica su madre.
La pequeña infante, nacida el 10 de julio de 2005, manifiesta con orgullo que estudia en Los Pequeños Creadores. “Estoy en transición y desde muy niña estoy corriendo en la competencia ciclística, en la bicicleta que me regaló el Niño Dios”, dice con orgullo la niña de 6 años de edad.
“Soy la personera de la Guardería y me gané un premio con mi caballito de madera, en la cabalgata de la Feria de las Flores, el año pasado”, dice con altivez, pero sin petulancias, la pequeña hija de Guillermo, ingeniero de sistemas en AV Villas y de Mónica, estilista profesional.
Los hermanos Mateo y Yailen hacen parte hace parte de los más de 6.500 niños participantes en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil. Es un ejecito de pequeños ciclistas que le darán pedal a los valores este domingo 24 de julio, en los alrededores del Edificio Inteligente de las Empresas Públicas de Medellín.

¿Qué es la parkour o PK ?
Saltar, desplazar y recepcionar son los verbos que se conjugan en esta nueva disciplina deportiva extrema. Para otros es una filosofía y los más osados la tienen como “un estilo de vida”.
También es conocida como “el arte del desplazamiento” y consiste básicamente en desplazarse de un punto a otro lo más fluidamente posible, usando principalmente las habilidades del cuerpo humano.
Esto significa superar obstáculos que se presenten en el recorrido, tales como vallas, muros, paredes, etc., en ambientes urbanos; e incluso árboles, formaciones rocosas, ríos, etc., en ambientes rurales. Los practicantes del parkour son denominados como traceurs.

"Sin bicicleta pero iremos"

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Las hermanas María Daniela Valentina Henao Sosa vuelven a tener esta cita con los pedales y los valores, en el XXII Clasico Nacional de Ciclismo Infantil que organiza el periódico EL MUNDO. Está vez lo harán con bicicleta prestada, porque su madre Janeth no tiene los recursos económicos suficientes para comprarles una.
Roosevelt Castro B.
Así de contundentes son María Daniela y Valentina Henao Sosa: “Vamos a cumplir con esta cita el domingo 24 de julio, en una bicicleta que nos va a prestar nuestra prima Dayana”, dice Valentina, quien, a sus trece años, ya tiene cinco participaciones en esta competencia ciclística.
De padres separados, Janeth, su madre, les cose el sueño de ser unas personas útiles para la sociedad. “Mi mamita trabaja en una empresa de confecciones y nos dio una bicicleta de traído del Niño Dios, pero ya está muy pequeña y muy malita para que nosotros compitamos”, manifiesta tímidamente María Daniela, quien obtuvo podium el año pasado en la categoría Honestidad.
“Mientras su mamá está trabajando, yo las cuido”, explica Ismenia, su abuela materna. “Ellas son unas niñas muy juiciosas en el Pablo VI, donde estudian”, recalca la septuagenaria de Yarumal.
Víctimas del desplazamiento forzado, doña Ismenia y su esposo Gilberto recalaron en Medellín en el barrio Villa Hermosa, con sus siete hijos. “Nosotros teníamos una pequeña parcela, pero eso se puso muy peligroso por la guerrilla y nos tuvimos que venir para acá”, comenta la amorosa abuela.
“Todos los días, mi abuelo nos lleva y nos trae a pie del colegio donde estudiamos”, indica la tolerante María Daniela, la menor de la familia Henao Sosa.
Finalmente, las dos habitantes de la Comuna ocho de Medellín sueñan con transformar el mundo que las rodea. “Yo quiero estudiar veterinaria porque me gustan mucho los animalitos. Mi consentida es Kira, una Bull Terrier que tiene mi tía Doris. Es muy juguetona y graciosa”, señala María Daniela.
Igualmente su hermana Valentina quiere ser doctora, pero de seres humanos. “Eso de curar a las otras personas es una cosa que me gusta mucho”, concluye la niña de trece años de edad.

lunes, 18 de julio de 2011

María José. ¡Qué ternura!

María José participa por primera vez en esta cita con los pedales y los valores y está feliz con su triciclo nuevo.

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La novata María José Montoya Tamayo estará en competencia en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, en una categoría que siempre ha inspirado a sus familiares: Ternura.

Roosevelt Castro B.

Cuando se enteró Hernán Salazar que su sobrina-nieta María José, de tres años de edad, participaría en la vigésima segunda versión del Clásico Nacional de Ciclismo Infantil que realiza el Periódico EL MUNDO, no lo dudó un instante y sacó unos cuantos billetes de su bolsillo y le compró su triciclo.
“Es que mi hermano Hernán se gana la vida como transportador. Siempre ha apoyado estas expresiones del deporte y cuando supo que María José iba a participar la quiso patrocinar comprándole su primer triciclo”, manifiesta Miryan Salazar, la tía abuela de la niña.“Yo llené los cupones y la inscribí, lo mismo que con mi nieto Tomás Zapata. Asimismo, lo hice con mi hijo Julián David, quien participó en todas las categorías de esta bonita competencia ciclística que ustedes tienen”, dice agradecida doña Miryan, mientras ve cómo la pequeña corretea por la acera de su casa en su nuevo triciclo y cuenta los números del uno al seis en inglés.
“Es una niña muy juguetona, muy alegre, muy inteligente y muy independiente”, comenta Gilma Salazar, su abuela.
“La acabamos de matricular en la guardería hace dos semanas, porque no me la recibían ya que estaba muy pequeñita”, explica su madre Katerine Tamayo Salazar, estudiante de Guarda de Tránsito en Bello.
“La niña tiene madera”, dice jocosamente Julián David haciendo alusión al oficio de ebanista de Jonny Alexánder, el papá de María José.
Desde el barrio Las Cabañas, en el municipio de Bello, y el barrio Villa Hermosa, en Medellín, todos sus primos, tíos, padres y abuelos se desplazarán a las inmediaciones del Edificio Inteligente de las Empresas Públicas de Medellín, para ver correr a la inquieta María José Montoya Tamayo, quien entrará en acción este 24 de julio.

Las Superpoderosas del pedal

Las hermanitas Valentina (izquierda) y Paula Andrea Velásquez Serna (derecha) coinciden en que su proyecto de vida se enfocará en la medicina, porque quieren ser doctoras. Por lo pronto dedican su tiempo libre a ver Las Chicas Superpoderosas, una de sus series favoritas en la televisión.

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Desde hace cuatro años, la familia Velásquez Serna viene participando en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil. A esta cita con los valores también se reúnen los animados vecinos del sector Antonio Nariño, ubicado en la Comuna 13 de Medellín,

Roosevelt Castro B.

El ritual es muy similar todos los años: Patricia Serna convoca a sus sobrinos, primos, nietos y vecinos para que hagan parte de la fiesta ciclística con los valores, que organiza el periódico EL MUNDO.
Diligentemente llena los cupones de inscripción. “Esta vez solo pude inscribir a mis dos hijas menores Valentina y Paula Andrea, ya que los otros están muy mayorcitos para participar”, dice con alegría la joven matrona, mientras le pinta los labios a Paula.
“Nos sentimos muy orgullosos de ellas porque no solo practican deporte, si no porque también son muy buenas estudiantes, pues obtienen calificaciones de 4.8 a 5.0”, expresa doña Patricia.
Valentina, en segundo de primaria, y Paula, en cuarto, estudian en la Escuela Clodomiro Ramírez. “A mí me va muy bien en matemáticas y en artística, y soy muy dedicada y responsable”, interpela Valentina, la menor entre cinco hermanos de la familia Velásquez Serna, y quien este año correrá en la categoría acorde a su personalidad académica: Responsabilidad.
“Las ciencias y las matemáticas son las que me agradan”, expresa Paula Andrea, quien en el venidero Clásico actuará en la categoría Honestidad.
“Cuando participamos por primera vez en el 2007, muchos vecinos se inscribieron. Esto fue una fiesta total. Por enfermedad no estuvo Paula, no obstante nos lo gozamos.
En este año, diez familiares nuestros ya lo hicieron y vamos a disfrutar como siempre”, comenta la madre de Valentina y Paula.
Las bicicletas que tienen fueron el traído del Niño Dios hace dos años.
“Todos los domingos salen a entrenar con el papá en la ciclovía del Estadio”, comenta Patricia.
A la vez, ambas hicieron parte del grupo de baile “Niñas Invisibles”, patrocinadas por la Alcaldía de Medellín. “Bailamos toda clase de música, desde tango, salsa, hasta reggaetón”, manifiesta tímidamente Valentina.
Finalmente, la responsable Valentina y la honesta Paula Andrea sueñan ser doctoras, y las dos le darán pedal a los valores este domingo 24 de julio, en el mejor Clásico de Ciclismo Infantil del mundo.

"La vida es de los valientes": Mauricio Arroyo Bertel



Desde la Urbanización Almirante Colón en su natal Cartagena hasta Medellín, Mauricio Arroyo Bertel siempre quiere marcar… la diferencia.

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Muy triste porque quería darlo todo por el equipo, así se encuentra el nuevo volante de marca del Deportivo Independiente Medellín, Mauricio Arroyo Bertel.

Roosevelt Castro B.

En la práctica de fútbol del pasado domingo, Mauricio José, en una jugada fortuita con Santiago Tréllez, sintió un dolor intenso en su rodilla izquierda. El diagnóstico inicial del cuerpo médico de El Poderoso y que luego se confirmaría con una resonancia magnética: el jugador sufría de una rotura del ligamento cruzado anterior.
“Estoy muy triste, pero no derrotado. Estas son cosas del fútbol. Es una lástima lo de mi lesión, pues es la primera vez que ocurre esto, pero hay que saber aceptar los designios y las cosas que Dios ha mandado”, dice el mediocampista cartagenero.
“Había padecido lesiones musculares o pequeños esguinces que me incapacitaban por dos o tres semanas, pero esta me pone un poco apesadumbrado, especialmente por este grupo humano tan hermoso que encontré”, manifiesta Arroyo Bertel.
Es que el buen volante de ‘La Heroica’ aún recuerda cómo en los equipos de Alameda La Victoria, que patrocinaba su tío Fabio Arroyo, le ponía todas esas ganas y ese pundonor deportivo. “Toda mi vida jugué de volante de primera línea. Roberto, mi hermano mayor, también lo hizo y nunca nos pasó nada”, evoca el hijo de Norberto, un jubilado del Hotel Capilla del Mar, y de Arleth, ama de casa.
“En las selecciones Bolívar, en el Expreso Rojo de la B (2005), en el Real Cartagena (2007-2009), donde me inicié como profesional en la A, en las selecciones Colombia o en el Gimnastic de Tarragona (2009-2011), de la Segunda División de España, siempre me caractericé por entregarlo todo en la cancha y eso quería hacerlo con esta bella institución, pero ahora toca recuperarse, porque todavía estoy muy joven”, expresa con un dejo de tristeza el novio amoroso de Ángelica López, estudiante de ingenieria industrial en Cartagena.
“El matemático” Néstor Otero, le da la oportunidad de jugar profesionalmente a los 16 años. Ahora a sus 22 años, Mauricio Arroyo Bertel espera el día de su operación para seguir este sueño que tenía de niño, cuando estudiaba en el Colegio La Salle de Cartagena.


¿Qué es el Ligamenteo Cruzado Anterior?



Colaboración Especial José Fernando ArangoM.D. Deportivo Independiente Medellín
El ligamento es una estructura anatómica en forma de banda, compuesto por fibras resistentes que conectan los tejidos que unen a los huesos en las articulaciones. En el caso del ligamento cruzado anterior (LCA) conecta la parte posterior-lateral del fémur con la parte delantera-media de la tibia, pasando por detrás de la rótula. Esta unión permite evitar un desplazamiento hacia delante de la tibia respecto al fémur.
Las rupturas de este ligamento son frecuentes al realizar actividades físicas agresivas, principalmente cuando se producen grandes impactos, requiriendo una operación para su reconstrucción.

"Esta vez sí participaré"

Sentada en su bicicleta espera María Camila el 24 de julio para cumplir su cita con los pedales y los valores.
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En la categoría Generosidad, la niña María Camila Martínez Chica estará en competencia en la XXII versión del Clásico Nacional Infantil de Ciclismo.

Roosevelt Castro B.

Joan Manuel Serrat, cantante español, calificó a los niños como “esos locos bajitos”. Sí, aquellos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres, y a los que, por su bien, hay que domesticar.
Para fortuna de la familia Martínez Chica, a María Camila, su única hija, no hubo que “domesticarla”. “Ella es una niña muy dócil y tierna”, expresa Rosa, su abuela materna.
Las clases de natación le impidieron a la pequeña habitante del barrio Laureles participar por primera vez el año pasado en el Clásico Nacional de Cicilismo Infantil que organiza el Periódico EL MUNDO. “Ese día quería estar, pero se me atravesaron las clases de natación y no pude hacerlo”, manifiesta la pequeña de siete años de edad.
“Esta vez hicimos la inscripción con tiempo, pues mi tía Marta le dio el periódico a mi papito para que llenara el cupón y me inscribiera”, dice la juiciosa estudiante de primero de primaria del Colegio de la Pontificia Bolivariana.
“Vengo entrenando en mi bicicleta ‘Fresita’ que me regaló el Niño Dios el año pasado, pues salgo a la ciclovía con mi papito a montar”, comenta mientras juega con un llavero de un silleterito que se lo regaló doña Rosa.
“Yo vengo a las cinco de la mañana a cuidarla porque vivo aquí cerquita, ya que mi hija Adriana, la mamá de la niña, entra a trabajar a las seis”, explica la sexagenaria abuela.
“Lo hago con mucho cariño por ella y por todos mis cinco nietos que también van a participar en esta bonita carrera”, continúa explicando la señora.
“Sí, mi abuelita me quiere mucho y me prepara los frisoles, las ensaladas y los espaguetis que tanto me gustan”, interpela la pequeña María Camila.
“Mi padre trabaja pintando casas y mi mamita es médica”, indica la amorosa niña hija de Sergio y de Adriana.
“Es que el papito en este momento está desempleado. Él es ingeniero de sistemas y por eso la niña dice eso, y como el trabajo no es deshonra, está realizando ese oficio, mientras le resulta algo”, dice amorosamente la abuela.
“Yo juego mucho con Sussy, la perrita que tiene mi abuelita en su casa y con mis primitos, y cuando sea grande quiero ser cantante de reggaetón y modelo”, concluye la niña.

Por un vuelo alto



A sus 56 años, el estratega Álvaro de Jesús Gómez, nacido el 7 de octubre de 1954 en Puerto Berrío (Antioquia), quiere hacer historia con el Itagüí: llevarlo a la Copa Suramericana.

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Itagüí inicia de visitante enfrentando hoy al Real Santander, en el Estadio Alfonso López de Bucaramanga.

Roosevelt Castro B.

En el 2010, las Águilas Doradas volaron alto en la Copa Postobón. Como ‘piedra en el zapato’ enfrentaron a los más enconados rivales de la A profesional y los eliminaron. Tolima, Atlético Nacional y Millonarios fueron las presas de esta ave falconiforme, en las instancias definitivas. En la final sucumbió ante el cazador Deportivo Cali con doble derrota: 0-1 en Ditaires y 0-2 en Cali.
Ahora quieren volver a levantar el vuelo para anidar en un torneo internacional: la Copa Suramericana. “Siempre hemos tenido objetivos cercanos y uno de ellos es lograr ser campeones de esta Copa para tener un cupo en un torneo tan importante como lo es la Copa Suramericana”, expresa el profesor Álvaro de Jesús Gómez, técnico del elenco itagüiseño.
No es un partido inédito entre Real Santander e Itagüí. Las Águilas Doradas ya lo habían enfrentado el año pasado en el Torneo Postobón, con triunfo para los santandereanos 2 a 1 y en la revancha para los itagüiseños, en el Estadio Metropolitano Ditaires, 3 a 1. Pero como cada partido es una nueva historia, hoy se escribe un nuevo capítulo de este encuentro futbolero.
“Es un rival de mucho cuidado y no va a ser un partido fácil. Es un equipo que mantiene una misma base del año pasado y lo torna peligroso, especialmente por Mosquera, una de sus figuras más importantes y un jugador que marca la diferencia. Igualmente en estos torneos cortos es muy complicada la recuperación”, recalca el estratega antioqueño.
Con bajas importantes y con varias novedades, el elenco del Sur del Valle de Aburrá afronta este compromiso hoy. “Ante las ausencias de Leonard Pajoy, “Palmira” Salazar, “Cocho” Patiño, Cristian González y “Tigrillo” Castillo, ya que abandonaron las toldas de la institución, y con la continuidad de otros como David Córdoba, Daniel Arango y Elkin Serrano, vamos a asumir este reto con mucha seriedad y compromiso, como se lo merece la gente de Itagüí”, concluye el director técnico de las Águilas Doradas.
Probables alineaciones
Real Santander: Blademir Gómez, Freddy Suárez, Víctor Múnera, Yeisón Palacios, Santiago Saraz, Sergio Luna, Yimmy Salcedo, Aníbal Mosquera, Diego Herrera (Sergio Romero), Ferney Ríos (John Stewart García) y Daniel Hoyos (Óscar Álvarez). Técnico: Johan Meza.
Itagüí Ditaires: Roberto Mosquera, Jhon Fredy Zea, Javier López, Elkin Serrano, Carlos Arboleda, Mauricio Restrepo, Felipe Correa, Emerson Chamorro, Daniel Arango, David Córdoba y Mauricio Gómez. Técnico: Álvaro de Jesús Gómez.






lunes, 11 de julio de 2011

Ana Sofía, la princesa del pedal

Con “Trapito” o con “El Bebe” como copilotos, Ana Sofía participará en la XXII versión del Clásico de Ciclismo Infantil este 24 de julio.

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Extrovertida y simpática es Ana Sofía Segura, quien compite por primera vez en el mejor circuito ciclístico infantil del mundo, en la categoría ‘Alegría’.

Roosevelt Castro B

Ana Sofía Segura tiene nombres de reina, pero se considera una princesa. Sus súbditos son “Trapito” y “El Bebe”, el primero un perrito de peluche y el segundo un muñeco de plástico. Habita en el castillo (casa) de su abuela materna Piedad García, en el sector de Villa Hermosa, con Cristina, su madre y Marisela, su tía.
“Voy a correr por primera vez con mi bicicleta de Mickey Mouse”, dice la niña de tres años de edad. “Fue un traído del Niño Dios que me lo encontré debajo del árbol”, comenta Ana Sofía mientras se pone sus gafas rosadas con lentes oscuros.
“La niña se cayó varias veces cuando empezó a montar y por eso le tiene un poquito de miedo, pero queremos que participe en esta bonita carrera”, manifiesta Cristina, su madre.
En la Guardería “La Alegría de Crecer” cimienta sus primeros valores. “Allí estudio con mis amiguitos y los invito a mi fiesta de princesa”, dice la pequeña Sofía mientras ríe maliciosamente, quien, en calidad de novata, asumirá el Clásico de Ciclismo Infantil, en la categoría Alegría.
“Le vamos a hacer una fiesta temática con todas las princesas de los cuentos de hadas y de Disney, cuando ella cumpla años en septiembre y está muy entusiasmada. Lástima que su papito no esté con nosotros, pues lo mataron cuando trabajaba en la Policía Nacional y ella tenía cuatro meses de edad”, expresa su madre.
“Quiero montar con mi prima Isabela en la carrera”, concluye Ana Sofía, mientras espera el domingo 24 de julio para llevarse a “Trapito” o “El Bebe” en su bicicleta de Mickey Mouse y competir en la Vigésima Segunda versión del Clásico de Ciclismo Infantil, que organiza el Periódico EL MUNDO.

domingo, 10 de julio de 2011

Juan Sebastián, el experto

Valeria le impone la medalla a su hermanito Juan Sebastián en una señal inequívoca de premiarlo en sus valores, así como lo ha hecho el Clásico Infantil en tres ocasiones.

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Con tres participaciones en el Clásico de Ciclismo Infantil que organiza el Periódico EL MUNDO, Juan Sebastián Montoya Henao se convirtió en todo un especialista en este circuito y en sus valores.

Roosevelt Castro B.
El pequeño Juan Sebastián le dio aburrición y tristeza no haber participado el año pasado. “No pudimos inscribirlo y el niño quedó muy aburrido”, dice su madre Sandra Janeth Henao.
Es que el infante se siente orgulloso al decir que ya lleva tres versiones del mejor circuito de ciclismo infantil y muestra las medallas que se ha ganado dándole pedal a los valores.
“Desde los tres años estoy corriendo porque me gusta mucho montar en bicicleta”, expresa el chiquillo nacido el 18 de septiembre de 2004. “Voy a competir en mi bicicleta del Nacional”, recalca el pequeño habitante del barrio Villa Hermosa, Oriente de Medellín.
“La bicicleta se la regalamos hace dos años en un traído del Niño Dios”, dice su hacendosa madre mientras viste a Valeria, su hija.
“Otro de mis deportes favoritos es el fútbol. Juego de portero, soy hincha del Verde y de Pezzuti”, manifiesta el estudiante del Instituto Pedagógico Claret. “Muchas veces juego en el Parque de Villa Hermosa que me queda a media cuadra o en el zaguán de mi casa o aquí en la sala”, manifiesta tímidamente Juan Sebastián.
El hijo mayor de la familia Montoya Henao vive con Luz, su abuela materna; Luis Eduardo, su tío materno; Valeria, su hermanita; Sandra y Fabio, sus padres.
Sueña con ser constructor, pero por ahora es el arquitecto de las alegrías de sus familiares y amigos.
En el Edificio Inteligente lo esperan para seguir dándole pedal a sus sueños infantiles llenos de valores, esta vez en la categoría Generosidad.

sábado, 9 de julio de 2011

Sebastián, polideportivo y ecologista

Sebastián en compañia de su mascota, un perro llamado Jazz, y de su madre Nancy.

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Quiere ser un científico porque le gustan mucho las ciencias, de hecho su libro favorito en el colegio es uno de ciencias naturales.

Roosevelt Castro B.

"A mí me gusta mucho jugar fútbol, baloncesto, ping pong, montar en bicicleta y nadar”, afirma Juan Sebastián Hernández Salazar, otro de los novatos del Clásico de Ciclismo Infantil, que organiza el periódico EL MUNDO.
“Por problemas respiratorios, al niño lo tuvimos que retirar de las clases de natación, pero lo inscribimos en esta bonita carrera infantil”, dice Nancy Lorena, su madre una tecnóloga en computadores.
“Mi bicicleta me la regaló `Beto’, un amigo de mi mamá, hace dos años”, manifiesta el pequeño estudiante en el Colegio Salazar y Herrera.
Vive con sus abuelos maternos Irene y Leonel; su bisabuela Cornelia, y su tía Luisa, en el sector de Calasanz. “Tenemos un perro enrazado de siberiano llamado Jazz y un gato criollito que se llama Shaggy”, expresa el simpático párvulo, mientras acaricia a su perro.
“El gato lo adoptamos hace poco porque lo tenían muy maltratado”, dice Nancy, su madre. “Sí, le tiraron piedra y lo dejaron muy golpeadito, por eso lo cuidamos con mucho cariño”, replica el pequeño ecologista y defensor de los animales, como de los equipos de fútbol donde él se desempeña como jugador o al igual que su padre Sergio Andrés, un ingeniero ambiental.
“Doña Marina vende chuzos /en el estadio por detrás; / la otra vez me comí uno/ y un dolor me empezó a dar; / ese chuzo era de gato / y era muy duro al masticar / y cuatro muelas tumbao / y ahora el de guaro me dirán”, canta el pequeño Juan Sebastián esta parodia y explica: “porque es que me gusta mucho la música de Los Cantores de Chipuco y también el rock”.
“Si no lo sabía, mañana (hoy) es el cumpleaños de mi mamita y le voy a regalar un anillo”, dice en secreto el infante que participará este 24 de julio, en una categoría que va muy acorde con su íntima noticia: la generosidad.
A sus 7 años, este moderno Francisco de Asís y polideportivo tendrá su primera experiencia con las bielas y los pedales, en el mejor clásico infantil del mundo.

jueves, 7 de julio de 2011

Valentina, la artista del pedal

Con 27 kilogramos de peso y 1,10 de estatura, la carismática Valentina le quiere regalar mucha "Alegía" al mundo que la rodea.

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En su primera participación en el Clásico de Ciclismo Infantil del Periódico EL MUNDO, el año pasado, Valentina corrió en su triciclo, ahora lo hará en la bicicleta recién pintada de Santiago, su hermano.

Roosevelt Castro B.

"Cada niño, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres”, decía Rabindranath Tagore hace más de una centuria.
Lo que no alcanzó a imaginar el gran escritor hindú es que en Valentina Villadiego Agudelo se le cumpliría fielmente este precepto.La vivaz, alegre y risueña chiquilla de cuatro años de edad, habitante del barrio San Joaquín, destila talento a montones. “Es una niña muy despierta”, manifiesta María Cristina Henao, su abuela materna. “Coge dos micrófonos y empieza a cantar, también modela, pinta como su padre y hasta habla inglés”, sigue comentando su abuela, una de las cofundadoras de Caprecan (Centro Antioqueño de Prevención del Cáncer Ginecológico).
“Good morning, I am Valentina”, dice la pequeña sin ningún rasgo de timidez. “Estudio preescolar en Los Laureles”, sostiene la menor, quien luego muestra a su mascota Clarita, un hámster.
“Nosotros vimos los cupones y los recortamos para que los niños participaran en la carrera infantil”, expresa Hernán, su abuelo materno, un exempleado de Avianca y ahora dueño de una tienda de barrio llamada Salsamentaría Cristy, en homenaje a su mujer, pero que sus amigos la rebautizaron como “Puerto Arrugas”. “Ese nombre se lo pusieron porque aquí llegan muchos jubilados y pensionados a tertuliar”, indica doña Cristina.
“Yo no sé mañana, yo no sé mañana, si estaremos juntos si se acaba el mundo, yo no sé si soy para ti, si serás para mí, si lleguemos amarnos o a odiarnos”, empieza a cantar Valentina esta melodía de Luis Enrique mientras convierte la acera de su casa en una pasarela y desfila como una top model.
“Cuando sea grande quiero ser médica para curar a mi abuelo que lo operaron del corazón”, dice entre risas la simpática niña nacida el 8 de septiembre de 2007.
“Voy a participar con mi hermanito Santiago en la bicicleta que él me regaló. Ya la pintamos de rojo porque era gris”, concluye la pequeña ciclista que encarará el Clásico en la categoría Alegría.
El 24 de julio espera a los niños Villadiego Agudelo y toda su familia, para hacer del Clásico de Ciclismo Infantil toda una fiesta de los niños y los valores, porque “Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres”.



Contexto


Santiago, otro participante

“Santi, el hermanito de Valentina, también va a participar en su bicicleta nueva”, dice orgullosa su madre Beatriz. Nacido el 30 de julio de 2004, el inquieto estudiante de primero de primaria, del Colegio Mater Dei, hace su segunda incursión en el Clásico de Ciclismo Infantil que organiza el Periódico EL MUNDO.
“Es un niño muy inteligente y quiere ser científico porque se mantiene haciendo experimentos en la casa”, dice su tía María Teresa Agudelo.
Santiago Villadiego Agudelo correrá en la categoría Generosidad, en el mejor circuito ciclístico infantil del mundo.

Antiquia, amo del BMX

Los gestores del triunfo para Antioquia. Desde 1996, los antioqueños dominan el BMX Nacional.

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Con 18 títulos de los 29 en disputa, Antioquia refrenda su poderío en el ámbito nacional. Las grandes figuras: Carlos Mario Oquendo y Mariana Pajón.

Roosevelt Castro B.

Las caídas, el vértigo, la velocidad, la adrenalina pura, las 14 Comisiones Departamentales y los más de 360 deportistas, fueron los ingredientes del XXVI Campeonato Nacional de Bicicross que culminó ayer, en la pista Antonio Roldan Betancur.
Y con ello, Antioquia retiene el título nacional conseguido el año pasado en Santa Marta y alarga su palmarés victorioso por más de 15 años.
“Estoy muy contento de haber contribuido con el título para nuestro departamento”, manifestó el novato Yolmer Murillo Valencia, campeón en la categoría 13-14 años expertos e integrante del equipo antioqueño en el Nacional de BMX. “Estoy desde hace tres meses aquí en Medellín. Vengo de Chigorodó para realizarme en mi deporte”, dijo el infante de la zona de Urabá y practicante de esta disciplina deportiva desde los once años.
“Fue una competencia muy dura”, comentó Juan Pablo Arboleda. Ganador en la categoría 15-16 años, el girardoteño también hizo parte del equipo campeón de Antioquia en este Nacional de BMX.
Puntos UCI
Las expectativas del torneo estaban en los élite Mariana Pajón y Carlos Mario Oquendo: si ganaban la competencia, sumaban 30 puntos en el Ranking UCI.
Pajón Londoño compitió en la categoría de 17 años y más expertos. En el partidor se encontraban el bogotano Miguel Ángel López, Daniel Piedrahíta, de Risaralda, y sus coterráneos Julián Osorio, Estefanía Gómez y Andrea Zuluaga, entre otros. La joven bicicrosista antioqueña dominó su categoría desde la primera manga y se consolidó como la número uno, no sólo de Colombia sino del mundo. Igualmente, contribuyó al título por equipos del departamento. “Me fue súper bien. Yo creo que este Nacional fue superbueno y las mujeres del país y del departamento se encuentran en un muy buen nivel. Además sumé varios puntos que considero como muy valiosos”, expresó la bicicrosista élite del país y campeona panamericana.
Carlos Mario Oquendo fue otro de los élite triunfadores. A sus 24 años, el novio de la nadadora Carolina Colorado se colgó el oro en este Nacional, venciendo a más de 28 competidores en su categoría.
Antioquia terminó primera con 306 puntos, 32 más que Bogotá que sumó 274, para seguir siendo el amo de BMX en el país.

Carolina compite con AMOR

En una cancha de arenilla cercana a su lugar de residencia, la pequeña Carolina monta en su bicicleta rosada y sueña con transformar el mundo de los que la rodean... con mucho amor .

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Vive en el barrio El Socorro, Occidente de Medellín. Su mascota es una gallina y quiere ser médica veterinaria. Esta pequeña es otra de las novatas del Clásico Infantil de Ciclismo que organiza el Periódico EL MUNDO.


Roosevelt Castro B.
Dicen los que saben del origen de los nombres que Carolina significa “la que es fuerte”. Igualmente, que es de origen germano. Asimismo, que tiene unas características propias como son: seductora, sociable, creativa, busca siempre alcanzar sus ideales y es cariñosa con sus seres queridos, los cuales son fundamentales en su vida. Y en Carolina Paniagua Vergel se cumplen todas.
Sí, ‘Carito’ es una niña llena de afecto y amor por sus padres y primos. “Es una niña muy cariñosa con todos sus primos y con su hermanito menor Jhonny Alejandro”, dice su madre, mientras le pone el casco.
“Este casco le sirve para las clases de patinaje que recibe por parte del Inder en las Escuelas Populares del Deporte, y lo vamos a utilizar este año para participar en este bonito proyecto que ustedes tienen en el periódico”, manifiesta la señora Carmen Elena.
A sus seis años, cumplidos el 13 de mayo, la hija mayor de Carmen Elena, una vendedora desempleada, y Jhonny, un trabajador de oficios varios en una empresa, quiere darle pedal a los valores en el Clásico Infantil de Ciclismo.
“Yo voy a participar por primera vez, lo mismo que mis primos Richard y Valentina, con quienes entreno en el Estadio”, expresa la pequeña estudiante de transición en la Institución Amigos de los Niños.
“Tengo una gallina que se llama Dora y quiero tener un perrito, porque pienso ser una médica veterinaria”, dice la juguetona de muñecas, mientras se sube a su bicicleta.
“La ‘bici’ me la regalaron mis papitos el año pasado de cumpleaños y la cuido mucho”, opina la pequeña estudiante de lectura y escritura de la Biblioteca Temática de San Javier.
A escasos 22 días para darle el pedalazo inicial a la máxima competencia infantil de ciclismo del mundo, la creativa y soñadora Carolina quiere alcanzar sus ideales con mucho amor.