lunes, 14 de marzo de 2011

Guerreros del vértigo y la velocidad

Por: Roosevet Castro B.

Tienen mucho de parecido a un kamikaze, legionario romano, vikingo o un seguidor de Atila, porque son unos guerreros, la única diferencia es que poseen como arma la adrenalina pura. Sí, la familia Guerrero Isaza batalla en las pistas de Colombia y el mundo mostrando ese inmenso amor por los deportes a motor.
Roberto Serafín, el pionero
Con una maleta cargada de ilusiones, vino don Roberto Serafín Guerrero de su natal Buenos Aires (Argentina) en compañía de su amigo Julio Arrastía Bricca (q.e.p.d.), en 1951.
Y es que don Roberto llegó precedido de muchos pergaminos, como su participación en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Ellos arribaron al país contratados como entrenadores y ciclistas, por un año… y se quedaron.
En 1955 se casó con María Josefina, una alegre estudiante que conoció en la carrera Junín, centro de la capital antioqueña. La descendencia no se hizo esperar. Cuatro hijos (tres hombres y una mujer) empezaron a heredar los dones de don Roberto, entre los que sobresalieron Roberto José y Jaime.
A finales de la década de los 70´s, y a sus 55 años, el padre de la familia Guerrero Isaza le dio por traer el kartismo a Medellín. Y no sólo eso ocurrió en su vida, también montó los pequeños bólidos y ganó.
Asimismo, fue parte fundamental en la celebración del Circuito de El Volador por varios años. Su amigo Bricca sufrió un pinchazo en el camino de la vida y ahora corre en la eternidad. En la actualidad, a sus 86 años, todavía tiene frescas en su memoria muchas de las metas que logró conquistar y se alegra por haberlas cumplido.
Genes automovilísticos
El amor por el vértigo, la velocidad y la adrenalina los heredaron sus hijos Roberto José y Jaime. El mayor de ellos, Roberto, nacido en Medellín el 16 de noviembre de 1958, fue otro de los pioneros y el primer piloto colombiano en correr en la Fórmula Uno y la Indy Car, dos de las principales categorías del automovilismo mundial. Ahora es comentarista de televisión en varios canales de televisión de deportes a motor, sobre todo de la especialidad en la que se dio a conocer.
El ‘Benjamín’ de la familia Guerrero Isaza es Jaime, quien nació el 1 de julio de 1972. Por este carismático administrador de empresas en Eafit, también corre por sus venas la pasión de los deportes a motor. “Yo empecé a correr en los primeros minikarts que hubo en la ciudad y que traía de Italia el papá de Juan Pablo Montoya, cuando yo estudiaba en el Gimnasio Los Alcázares”, evocó, mientras sus ojos azules brillaron de alegría. Luego vino el gran salto al automovilismo, en 1990. Posteriormente, Inglaterra lo vio correr en sus pistas. Más tarde, los trazados colombianos fueron testigos de cómo Jaime observó ondear las banderas a cuadros negros y blancos como señal de sus victorias en la Fórmula Renault y la Copa Twingo. “No he recibido ningún comparendo por exceso de velocidad, si no por encontrarme mal parqueado”, comentó el menor de los Guerreo Isaza, mientras reía de manera maliciosa.
La primera válida de la Copa Colombia, que se disputará entre hoy y mañana, en Rionegro, se hará en honor al distinguido deportista y dirigente Roberto Serafín Guerrero, y en ella Jaime, que será el único piloto de la familia Guerrero Isaza que participará, peleará por ser el ganador de la carrera que enaltece al hombre que le dio la vida y que, aseguró, es su ídolo.

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