viernes, 29 de abril de 2011

¡Hola, soy Agustina Iwasa!

"El tenis de mesa es mi pasión. Lo juego desde muy pequeña y me ha traído grandes satisfacciones"
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Es la tenismesista mejor rankeada de su país, ocupa el primer puesto en la categoría juvenil y el tercero en mayores.
Por: Roosevelt Castro B.


Nací en La Plata, Argentina y estoy participando por mi país en el Vigésimo Campeonato Suramericano de Tenis de Mesa, en Envigado.
Ustedes se preguntarán: ¿Por qué una argentina, amante del churrasco, del Boca Juniors y del tenis de mesa tiene apellido y rasgos japoneses? La historia es un poco larga, pero se las voy a resumir. Resulta que mis abuelos tuvieron que huir del bombardeo atómico que hicieron los norteamericanos en su pueblo natal, Hiroshima.
Eso ocurrió hace mucho tiempo, más exactamente 6 de agosto de 1945, cuando un avión llamado el Enola Gay, piloteado por el teniente coronel Paul Tibbets lanzó la primera bomba atómica. Curiosamente el artefacto bélico se llamó Little Boy (en español: Niñito o Niño Pequeño), pero qué grandes perjuicios les ocasionó a mis familiares lejanos.
Mis abuelos paternos, ya fallecidos, se instalaron inicialmente en Bolivia y después recalaron en el gran Buenos Aires, especialmente en La Plata, donde nació la primera generación Iwasa, en territorio americano, entre ellos mi padre Yoshikazu Motoki.
Curiosamente mis abuelos maternos son una mezcla de español e italiano y mi madre Marcela Alejandra Carretero es de Buenos Aires.
Mis padres son floricultores y yo soy la mayor entre cuatro hermanos. Les cuento que mi llegada al tenis de mesa es muy curiosa, ya que hice primero atletismo en el Colegio Japonés; después practiqué aeróbicos, hockey y ante la insistencia de mi prima Laura empecé a jugar el tenis.
De eso han transcurrido seis años y todavía sigue mi pasión por este deporte, pues he conocido muchas culturas y países, de los cuales he disfrutado de todas sus comidas y los dulces, especialmente los de chocolate.
Mi primer viaje con el tenis de mesa fue a Paraguay cuando tenía once años y fue una experiencia maravillosa.
Estoy rankeada en el primer puesto en mi categoría y tercera en mayores. Es que si pudiera jugar tenis hasta los 60 u 80 años, lo haría, pues me gusta por lo que te enseña para la vida, como por ejemplo la manera de pensar, el respeto, el compañerismo y la sociabilidad.
Estudio el último año de bachillerato en el Colegio San Cayetano y pienso estudiar algo que tenga que ver con las matemáticas. Los ratos libres los dedico a ver películas, especialmente las de terror; a jugar con mi mascota, un perro siberiano llamado Ken, y a hablar con las personas sinceras y amables, ya que no me gustan las hipócritas y falsas.



No sé en qué puesto quedaré en este Suramericano que termina hoy, pero de lo que sí tengo certeza es que me voy agradecida de esta tierra tan bonita y acogedora de Antioquia. Igualmente, con gratos momentos vividos desde mi primera visita el año pasado, con motivo de los Juegos Suramericanos en Medellín, de los cuales recuerdo que en el día de mi cumple, un periodista me regaló una “tarta” de chocolate, para celebrarlo con mis compañeros de la selección. Eso no lo voy a olvidar. ¡Qué buen detalle!



De nuevo, muchas gracias por todo.






Agustina Iwasa Carretero

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