Lina Marcela Gil Bechara nace en Quibdó, Chocó, el 24 de junio de 1994. No tiene la hermosa piel de ébano que caracteriza la belleza chocoana. Tampoco posee los acentos propios del habla de esta región. De su tímida y calida voz salen entonaciones mezcla de antioqueño y bogotano. “Mi papá es de San Rafael, Antioquia, mi madre es chocoana y actualmente vivo en Bogotá”, explica la hija de Juan Manuel, comerciante, y de Manuela, ama de casa.
A la tercera entre seis hermanos, el tenis de mesa la lleva a Bogotá. “En un torneo nacional me vio el profesor Ulises Mederos. Me propuso que por qué no iba a jugar con ellos y representarlos en el ámbito nacional. Lo consulté con mis padres y desde hace un año estoy jugando con ellos”, manifiesta la bachiller del Colegio República de Colombia.
Con el subsidio de su alojamiento, estudio y alimentación, la chiquilla chocoana vive en la Capital de la República. “Ellos me van a colaborar para estudiar Ciencias del Deporte en la Universidad de Cundinamarca”, indica la sexta en el ranking nacional juvenil del tenis de mesa.
“Al principio fue muy duro porque me tocó vivir sola, pues todo lo hacía mi mamá. Lloraba mucho. Ahora me toca lavar la ropa y valerme por mí misma, pero lo hago para sacar mi carrera adelante”, dice Lina Marcela con un dejo de nostalgia.
Recuerda que a su padre también le tocaron las verdes y las maduras para sacarlos adelante. “Mi abuelo se murió cuando mi papá tenía seis años. Él trabajó muy duro para su familia y después para nosotros, por eso aprendí de ese bello ejemplo”, rememora la tenismesista colombiana.
Recuerda que a su padre también le tocaron las verdes y las maduras para sacarlos adelante. “Mi abuelo se murió cuando mi papá tenía seis años. Él trabajó muy duro para su familia y después para nosotros, por eso aprendí de ese bello ejemplo”, rememora la tenismesista colombiana.
“El culpable de estar en esto del tenis es el antioqueño Hugo Henao. Él iba todos los días a una tienda que tiene mi papá a comer helados y me fue enseñando la técnica para coger la raqueta”, evoca la habitante del barrio Estrada en Bogotá.
Ahora quiere dejar hasta su última gota de sudor con su raqueta, en el XX Suramericano de Tenis de Mesa que se realizará la próxima semana en el Polideportivo Sur de Envigado.
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