Por: Roosevelt Castro B. Como agua bendita resultó la natación para el clavadista antioqueño Andrés Guerra Ceballos. Sí, al joven nadador antioqueño, las clases de natación le sirvieron para curarlo de un asma que padeció cuando solo tenía 5 años. De eso han trascurrido catorce años y Andrés sigue dando guerra con las actividades acuáticas.
Nacido en Medellín, el hijo de Carlos Mario, un empresario de una ferretería venida a menos, y de María Victoria, secretaria, Andrés lucha por seguir adelante en las actividades de los clavados colombianos.
“Doy clases de natación y clavados los fines de semana para mis pasajes y para ayudar a pagarme mis estudios de ingeniería biomédica en la Escuela de Ingeniería de Antioquia. Es una jornada muy extenuante que comienza a las cuatro de la mañana y termina muy tarde en la noche, pero como dicen por ahí, al que le gusta le sabe, y yo me sacrifico porque sé que más tarde vendrán las gratificaciones”, expresa el ganador de la medalla de plata este fin de semana en el Suramericano de Clavados realizado en Santiago de Chile.
Su fortaleza mental para soportar una lesión en la espalda, que arrastra desde hace más de cinco meses, se la debe a los libros en que se sumerge cuando lee. “Yo leo muchos estos libros de autoayuda que me permiten fortalecerme mentalmente. El último es uno titulado Confianza en sí mismo”, manifiesta el habitante del barrio El Rodeo de Medellín.
Es que el nacido bajo la constelación de cáncer el 18 de julio de 1993, quiere seguir contribuyendo para que la modalidad, en la que se encuentra compitiendo en la natación, tenga más y mejores exponentes.”El entrenador que uno quiso tener es lo que propongo para los niños que empiezan en estas cuestiones de la natación. Les inculco mucho disciplina para que sean mejores personas y mejores deportistas”, concluye el clavadista Andrés Guerra Ceballos.
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