martes, 19 de junio de 2012

Sandra, madre y deportista


Con un peso de 4 kilogramos de una bala para la competencia de mujeres, la impulsadora vallecaucana Sandra Lemus quiere lanzarla hasta llegar a Londres.
Roosevelt Castro B.
Cuando a la impulsadora de bala vallecaucana Sandra Milena Lemus Rivas le mencionan sus hijos, de sus ojos negros como su piel brotan lágrimas de amor.
A la hija del segundo matrimonio de su madre Flor Rivas con el cortero de caña José Gregorio Lemus,  la nostalgia le invade y se llena de buenos sentimientos cuando habla de sus párvulos Yudiza Andrea,  de cinco años de edad,  Dora Nayaly, de tres, y de Luis Jefry,  de un año de vida, producto de la relación de siete años con el judoka Luis Ignacio Salazar.
Es que cuando estaba a punto de iniciar una carrera universitaria una noticia transforma su vida. “Descubrí que estaba embarazada de mi primera hija Yudiza y tuve que devolverme para mi casa”, evoca la madre soltera.
“Mis hijos son el mejor regalo de mi vida. Por ellos lucho todos los días por ser mejor”, expresa la atleta nacida en Pradera, Valle del Cauca, el 1º de enero de  1989.
Es que ese cariño con que nació y creció la deportista fue cimentado por  unos padres muy amorosos. “Recuerdo que mi papá era una persona muy cariñosa y consentidora conmigo, siempre me daba gusto en todo. Él decía que era su niña preferida, pues fui su hija única”, rememora la  mejor balista del país acerca de José Gregorio, su padre fallecido hace quince años.
“Igualmente, mi mamá me ha ayudado mucho, ha sido un bastión importante en mi vida. Por eso estoy agradecido con Dios por tenerla. Ella nos ha dicho que estudien y nos empujaba a hacerlo”, comenta la estudiante de criminalística en la Universidad de Turao, de Puerto Rico.
Las dificultades propias de estudiar especialmente en el exterior  le impiden a Sandra tener mayor tiempo con sus pequeños hijos.“Yo estoy con ellos tres meses, no les doy mucha cantidad pero sí mucha calidad de tiempo”, dice con un dejo de tristeza la deportista.
“A mí me gusta ser buena deportista y muy buena estudiante porque ¿qué ganas siendo una deportista muy buena y una mala estudiante?”, interpela Sandra. Por eso le inculca a sus pequeños ese amor por los libros. “A mis hijos les inculco mucho que se esfuercen mucho, que estudien mucho para que sean mejores personas con ellos y con los demás”
 “Me considero una excelente mamá, muy buena estudiante y una buena hija”, concluye la balista colombiana quien hoy no celebrará el tradicional día de las madres, ya que se encuentra en plena  competencia para refrendar su cupo olímpico.

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