lunes, 1 de agosto de 2011

La fiesta de los"locos bajitos" rodó feliz

Un ejército de niños ciclistas en compañía de sus padres, hermanos, familiares, amigos y vecinos hizo del certamen ciclistico un verdadero festival de los valores, en los alrededores del Edificio Inteligente.
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Niño, deja ya de joder con la pelota. Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca” (“Esos locos bajitos”- Joan Manuel Serrat)
Roosevelt Castro B.

El cantante Joan Manuel Serrat los llamó los locos bajitos. Según él “se nos parecen, que se menean con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor, que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que, por su bien, dicen que hay que domesticar”.
5.325 de esos locos bajitos pedalearon con los valores ayer en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, en su XXII versión. Es que desde el primer banderazo, que agitó Carlos Hoyos Botero, gerente ejecutivo del Periódico EL MUNDO, se empezó a vivir la fiesta multicolor en los alrededores del Edificio Inteligente de las Empresas Públicas de Medellín. Un festejo con bombas de colores, galletas, algodón de azúcar, helados, paletas, confeti, tortas, mangos en casquito, feliz exceso de dulzura, agua a chorros bajo el sol y niños saltando, corriendo, pedaleando, posando para las fotos.
“En ningún lugar se vive algo así, sólo aquí, en el Clásico Nacional de Ciclismo Infantil del Periódico EL MUNDO”, dijo Martín Emilio Cochise Rodríguez, el siempre campeón.
Con la camiseta puesta
Más de 600 personas, entre periodistas, policías, empleados de la salud, jueces, padres de familia y empleados de la casa editorial EL MUNDO se pusieron la camiseta, en un sentido literal, para hacer este certamen “la carrera más bonita de Latinoamérica y, por qué no decirlo, del mundo”, insistió “Cochise” Rodríguez
“Complicada para el juzgamiento pero gratificante por ser una carrera muy bien organizada”, explica Carlos Mario Naranjo, comisario continental y uno de los jueces de la carrera, miembro del Colegio de Árbitros de Ciclismo de Antioquia, Codecia.
Con 21 de las 22 versiones como juez, Naranjo evoca algunos de los muchos participantes que ahora están en la élite del ciclismo mundial. “Por aquí han pasado hombres del ciclismo como Rigoberto Urán, Santiago Botero, Luis Fernando Saldarriaga, técnico de Colombia es Pasión, y creo que Juan Pablo Suárez, del equipo UNE- EPM”.
“Estos son los espacios que necesitan los niños, en los que se demuestra una gran unidad familiar”, dice Yesid Galeano, mayor de la Policía Metropolitana, quien, con sus hombres y mujeres, veló por la seguridad del certamen ciclístico.
Como un símbolo de Antioquia calificó Iván Vieira, director del Grupo de Apoyo General de Medellín. Los encargados de las emergencias médicas también se pusieron la camiseta del Clásico. “Llevamos seis años en este hermoso evento de los niños y vemos cómo se ha posicionado en el ámbito no solamente local, sino también nacional e internacional, porque tengo entendido que ya vinieron un grupo de niños ciclistas de Bolivia. Por todo ello los felicito, pues se han convertido en un verdadero símbolo de Antioquia”, sentencia Iván Vieira.
Por Telemedellín
De 10:00 a.m. a 12:00 m. estuvo al aire la transmisión del XXII Clásico Nacional de Ciclismo Infantil, por Telemedellín. Los televidentes del canal vieron las incidencias de las carreras de los niños. Jorge Zuluaga y Juan Pablo Ortiz en la parte periodística y 30 personas más, entre técnicos, asistentes de producción, sonidistas y camarógrafos les mostraron la cara bella de los valores a los habitantes de “La Bella Villa”.
“Fue un enorme esfuerzo que hizo el canal que fue compensado con las sonrisas de los niños participantes. Ese es el mejor premio que hemos recibido”, manifestó el comunicador Jorge Zuluaga.
Gratitud
“Me pueden regalar la medallita para la niña que no la reclamó”, era el pedido del cerrajero Omar Bedoya, padre de María José Bedoya, de tres años de edad, quien compitió en la categoría Ternura. “Muchas gracias”, dice el habitante de Villa del Socorro. “Es que yo las guardo como un bonito recuerdo de este evento tan espectacular”, grita Omar en medio de la muchedumbre.
Como él, muchas fueron las muestras de gratitud que tuvieron los padres de familia y los niños en esta cita con los pedales y los valores.
“Estamos esperando el próximo año para volver a participar”, concluyó la niña Carolina Agudelo, quien, con dificultades en el habla, participó por primera vez en la categoría Superación. Ella también se coronó campeona, otra loca bajita que subió al podium

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