Hablar de Raúl Mesa Orozco es hablar de las grandes gestas del ciclismo colombiano.
Nacido en Jericó, Antioquia, el 15 de enero de 1943, el hijo de Adela y de José Luis evoca sus inicios como polideportivo en la Escuela Urbana de su pueblo natal. “Mi papá era secretario de un juzgado y mi madre una hacendosa ama de casa. En mi escuela empecé a jugar, especialmente fútbol. Lo hacía relativamente bien como puntero izquierdo”, expresa el cuarto entre ocho hermanos de la familia Mesa Orozco.
Sus escapadas de la escuela para ir a jugar el deporte de sus afectos y los castigos paternos aún los tiene frescos en la memoria. “Recuerdo que me volaba de la última clase y me iba a jugar fútbol, y mi papá, que no le gustaba mucho, nos castigaba a punta de correa. Siempre fui líder del equipo. Era el que regañaba, el que mandaba”.
Primeros pedalazos
Ya para 1963 ingresa al Club de Medio Fondo como pistero, participa en varias pruebas pero se inclina por la pista.
Nace el estratega
Cinco años después de sus inicios como ciclista, otro accidente transforma su vida.
“Estuve en varias carreras corriendo en la pista. En 1968 me preparaba para ir a los Juegos Olímpicos de México, pero tuve una caída muy grave que me imposibilitó hacerlo y fui reemplazado por Héctor Orrego Caballero. Perdí las ganas de seguir corriendo y opté por retirarme”, sentencia el jericoano.
Con esta decisión muere el ciclista y nace el entrenador. “Por cosas de la vida, el técnico de ciclismo Jairo Zea se enfermó y me llamaron a dirigir un equipo de Antioquia que iba a competir en la Clásica a la Cordialidad en el Estado de Táchira, en Venezuela. Con los cuatro corredores que fuimos a competir ocupamos los puestos segundo, tercero, cuarto y quinto en la general”, asevera Raúl.
Para 1969 repite la odisea en el ámbito local en un campeonato nacional en Manizales y la refrenda en Venezuela y en Panamá. Desde ese momento, la dirigencia de ciclismo antioqueño se dio cuenta que tenían un gran estratega de los pedales en sus filas.
Luego de más de cuatro décadas, Raúl Mesa Orozco todavía sigue en el mundo del ciclismo que lo ha llevado a Vueltas a Francia, España, Italia y a grandes pruebas de gran aliento en el orbe del pedal. “Mi primer gran triunfo fue en Francia en el Tour de L’Avenir con Alfonso Flórez Ortiz, en 1980”, recuerda el “cincuentón” del ciclismo colombiano.
Ahora con el EPM-UNE quiere seguir siendo protagonista en el calendario ciclístico nacional e internacional, con sus guerreros del pedal. Todo gracias a su récord de hogar con su esposa Teresa Upegui, tres hijos y siete nietos, su más verdadero y valioso palmarés.